El Lobo perdió 2 a 1 con Lanús en el Bosque. Los puntos conseguidos por Gimnasia a lo largo del torneo reflejan un rendimiento. Esta imagen estuvo presente ante el conjunto granate y entonces la derrota es más que lógica.
El inicio del encuentro estuvo influenciado por el regreso del equipo al Bosque. Todo el fervor de las tribunas contagió a los jugadores triperos que fueron, con más ímpetu que ideas a buscar el arco rival.Pero duró muy pocos minutos. Lanús se asentó en el campo de juego y emparejó el trámite. Los equipos se medían y las imprecisiones estaban a la orden del día. La ocurrencia popular siempre presente, reflejó ese momento. En la tribuna de 60 se escuchó “En vez del Bosque encantado, parece el Bosque encerado” Eran una constante los resbalones de los jugadores de ambos equipos.En ese contexto, Ignacio Piatti intentaba pero no lo dejaban, Juan Cuevas no la tocaba y el acercamiento de Gimnasia era sólo con tiros de media distancia, aunque sin convicción. La defensa tripera comenzaba a equivocarse y entonces Lanús tomaba confianza. Tanto que a los 33 minutos, Lanús encontró desarmada la última línea, armó un contragolpe fulminante y por medio de Sebastián Blanco abrió el marcador.Gimnasia sintió el golpe. Desorientado, pedía a gritos el final del primer tiempo para rearmar filas. El clima parecía entregar la imagen justa al rendimiento del equipo. Todo empezó con sol, y promediando la primera etapa varios nubarrones cubrieron el cielo, hasta que Diego Abal dijo basta. SIN JUEGOEn la segunda etapa, la situación empeoró. A los 5 minutos, Lanús construyó una jugada de fútbol 5 y con cuatro toques precisos volvía a inflar la red. Con el 0 – 2, el nerviosismo creció y la tranquilidad necesaria para construir jugadas nunca se hizo presente. El equipo de Sanguinetti abusó de los centros sin destino y de la falta de ideas ofensivas. Desde el banco se intentó algo con los cambios pero no funcionó.A los 17 minutos, Lanús se quedaba con uno menos y se abría una pequeña luz de esperanza. A los 21, el árbitro no cobró una clara falta a Lucas Landa dentro del área y a partir de ese momento el Lobo fue puro empuje.Con todo su orgullo ocupó lugares en el terreno rival y se acercaba cada vez más al arco de Bossio. A pesar de no generar situaciones claras, de tanto empujar, a los 34 minutos Ignacio Piatti tomó una pelota en la puerta del área, definió bárbaro y el lungo arquero la tuvo que ir a buscar adentro. Con el 1 – 2 el escenario cambió y Lanús apostó sólo al contragolpe. Pero el Lobo reforzó la idea de intranquilidad y fue un verdadero manojo de nervios. En ese estado era muy difícil que lograra el empate. Y así fue. Hubo acercamientos, pero sin claridad.La derrota marcó el fin de un Clausura 2008 olvidable para la hinchada tripera y ahora habrá que esperar al armado del plantel para una temporada que será muy complicada por la posición de Gimnasia en la tabla de promedios.Será muy difícil, pero no imposible. La pasión estará presente en cada cancha. Una leyenda en una de las paredes del propio Estadio del Bosque nos hace reflexionar. “Las únicas batallas que se pierden son la que se abandonan” Y nosotros sabemos, y mucho, sobre eso de seguir hasta el final a nuestro querido Lobo.
SÍNTESISGimnasia (1): Pablo Bangardino; Cristian Piarrou, Jorge San Esteban, Lucas Landa, Marcelo Cardozo; Ignacio Piatti, Matías Escobar, Andrés Alderete, Luciano Aued; Juan Cuevas y Diego Alonso. DT: Guillermo Sanguinetti.
Lanús 2: Carlos Bossio; Rodolfo Graieb, Santiago Hoyos, Carlos Quintana, Maximiliano Velázquez; Sebastián Salomón, Agustín Pelletieri, Matías Fritzler, Sebastián Blanco; Nicolás Ramirez y José Sand. DT: Ramón Cabrero.
Goles: PT: Blanco (L) a los 32´; ST: Sand (L) a los 6´; Piatti (G) a los 35´.Cambios ST: Piergüidi x Aued (G), Neira x Alderete (G), González x Blanco (L), Chaves x Cuevas (G), Peralta x Salomón (L), Lagos x Sand (L).Amonestados: Cuevas (G), Fritzler (L), Salomón (L), Bossio (L), San Esteban (G), Landa (G)Expulsado: Fritzler (L) a los 16 minutos del segundo tiempo.
Árbitro: Diego Abal
No decepciones a los que vendrán...
Nuevamente los mismos rostros al finalizar
un partido.
